Es de vital importancia que los cristianos de hoy reciban la impartición de la paternidad de Dios, que da cumplimiento a la profecía de Malaquías: "Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos…", lo cual también fue dicho para restaurar la relación entre la humanidad y nuestro Padre celestial. Ésta es la única manera que la generación presente, y las por venir, puedan recibir un legado espiritual, que las conduzca a conocer su propósito, y a continuar extendiendo el reino de Dios a todos los confines de la tierra.